¿Os suena el nombre María Montessori? Fue la educadora y doctora italiana que hace ya más de 100 años ideó y puso nombre a este método educativo vigente aun hoy día. Y no es que siga solamente vigente, ¡es que Montessori està más de moda que nunca! Ahora que las pedagogías alternativas empeizan a tomar fuerza frente una educación tradicional que hace trabajar a todos los niños al mismo ritmo sin tener en cuenta que cada ser es un mundo, con sus necesidades, habilidades, curiosidades y con una cosa en común: una gran capacidad de aprender.

El método Montessori no tiene porque quedarse en la escuela, también podemos proporcionar en casa un entorno donde nuestro hijo pueda desarrollarse en libertad, en el que el espacio esté adaptado a él, y no a los adultos.

Hoy os traemos algunos consejos para montar una habitación Montessori:

  • La decoración tiene que ser muy básica, sin elementos excesivos y siempre con tonos suaves y cálidos, que no sobre estimulen al niño. La idea es crear un entorno armónico, sencillo, y ordenado.
  • Y como lo queremos ordenado, es importante que haya un lugar para cada cosa y que cada cosa esté en su lugar. Cestos, cajas de madera, etc. El niño rapidamente aprenderá a poner cada material en su sitio y a desarrollar un sentido del orden y a ubicarse gracias a poder tener puntos de referencia bien establecidos.
  • Relacionado con el orden encontramos otro de los puntos básicos de este método: todo tiene que estar al alcance del niño. Tenemos que facilitar que pueda acceder a cualquier cosa que él desee, así fomentamos la libertad de movimiento y estimulamos su capacidad para explorar e investigar todo lo que le rodea.
  • ¿Y la cama? pues lo más sencillo posible: en el suelo, y sin barrotes. Recordad que lo importante es que no dependa de los adultos para subir y bajar de la cama. Es el mismo principio que decíamos antes, libertad de movimiento en todo momento, fundamental para un correcto desarrollo del pequeño.
  • Si habéis visto habitaciones Montessori os habréis fijado en que todas tienen un espejo. Es otro de los elementos básicos según esta pedagogía. Poner un espejo al nivel del pequeño para que pueda observarse y contemplarse durante horas. Podemos añadir un pasamanos de madera a lo largo del espejo para que los más pequeños puedan agarrarse y levantarse o empezar a dar pasitos bien seguros.
  • La premisa básica es que todo debe ser de materiales naturales. ¡Huid del plástico, las luces, los colores y las pilas! Buscad elementos de madera, de tela, jugad con diferentes tejidos y texturas para conseguir estimular el oído, el tacto, y el olfato de los bebés.
  • Por último, aunque se recomienda una decoración sencilla, podéis colgar unas bonitas láminas con ilustraciones o fotografías en las paredes que estimulen la imaginación de tu hijo y que ayuden a dejar más bonita si cabe la habitación 🙂

 

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