Ser padres es una de las cosas más excepcionales de la vida. Actualmente la media de hijos por familia está en 2/3, es decir que no hay tantas oportunidades de crecer junto a tu hijo.
En experiencia Bebé hemos querido recoger algunas de las cosas que no puedes dejar de hacer con tus hijos antes de que crezcan:
- Dormir con ellos ¿Qué hay más bonito, tierno, dulce, enamoradizo, suave (y mil adjetivos más) que despertarte y ver su carita? Poder disfrutar con ellos este momento, mientras dure, es una de las cosas que más vais a echar de menos cuando hayan crecido. María Montessori decía en ‘El niño y la familia’ estas palabras:
“El niño ama muchísimo al adulto. Cuando va a la cama, siempre quiere que una persona amada esté con él. Sin embargo, la persona amada dice: “Hay que impedir este capricho: el niño no debe adquirir esta mala costumbre de no saber dormirse sin que alguien esté cerca”. Un día, tristemente diremos: “No hay nadie que llore por el deseo de tenerme cerca cuando está por dormirse. Todos piensan en sí mismos, se duermen llenos de pensamientos del día transcurrido, ¡nadie se acuerda de mí!
Sólo el niño se acuerda y todas las noches dice: “¡No me dejes, quédate cerca de mí!” , y el adulto responde: “No puedo, tengo qué hacer, ¿Qué es este capricho?” Entonces piensa en corregirlo, porque de lo contrario ¡nos haría a todos esclavos de su amor!
En ocasiones el niño se despierta en la mañana y va a despertar a papá y a mamá que quisieran dormir: este es el capricho del que todos se quejan. Pero el niño que baja de la cama es un ser puro que hace aquello que deberían hacer todos: Cuando sale el sol todos deberían levantarse, pero los padres todavía duermen y este pequeño ser va, como si dijera: “Aprendan a vivir sanamente, en la mañana se deben despertar”. Pero el niño no es un maestro, solamente va a verlos porque los ama; apenas se despierta, su deseo lo lleva a las personas que ama; tal vez tendrá que atravesar cuartos aún oscuros, cerrados para no dejar entrar la luz demasiado temprano; el niño va, se tropieza, no tiene miedo de la oscuridad, no tiene miedo de las puertas medio cerradas y llega cerca al padre y a la madre y los toca dulcemente. Cuántas veces le dicen: “¡Niño, no me despiertes en la mañana!” y el niño responde “¡No te desperté, sólo te di un beso!” y los padres piensan en cómo corregirlo. Pero ¿en qué otra ocasión durante nuestra vida sucederá que alguien, apenas se despierte, desee correr hacia nosotros, superando cualquier dificultad, sin la intención de despertarnos, sino de darnos solamente un beso? ¿Quién más hace esto por nosotros?”
- Portear a tu bebé. El lugar más maravilloso elegido por un bebé son LOS BRAZOS DE MAMÁ Y PAPÁ. No existe un lugar que le aporte más calor, amor, alimento, sensaciones, seguridad y bienestar que la piel de mamá y papá. Por eso disfruta mucho de llevarlo en brazos, en un fular, en mochila o como elijas, pero cerca ¡siempre cerca! ¿Qué tiene de malo acostumbrarse a que mamá te abrace continuamente? ¿Qué tiene de malo acostumbrarse a sentirse querido?
- No te juzgues. Disfruta de tu bebé sin que los comentarios de terceros te influyan. Esa pequeña vida que tenéis ante vosotros es feliz con vuestra presencia y vuestro cariño. Nadie mejor que vosotros sabe lo que necesita y cuando lo necesita así que los comentarios de la vecina del cuarto o de la peluquera no os deben producir ningún tipo de malestar.
- Juega con tu bebé. Cuando nazca pasarán unos meses en los que sólo necesitará dormir y comer pero llegará un momento que empezará a pedir vuestra atención y querrá comunicarse con vosotros. Es momento de que disfrutéis enseñándole el mundo a través del juego. La estimulación a través del juego es importantísima para su desarrollo pero, además, aporta momentos de mucha magia y felicidad en la familia.
- Escuchad música juntos. Hay estudios que dicen que la música (principalmente la música clásica) estimula el cerebro del bebé y potencia su desarrollo emocional y cognitivo además de crear sensaciones de calma. Sea cierto o no, sabemos que estirarnos al lado de nuestro pequeño con una música suave de fondo y jugar con los pies, las manos, a mover los labios, los ojos, etc, crea sensaciones de amor y tranquilidad que nos renuevan y ayudan a establecer más vínculos.
- Descubrid diferentes texturas en la naturaleza. Un día de lluvia es muy diferente a un día de sol. La arena no se parece en nada al musgo mojado, ni a la madera de un árbol, ni a la rugosidad de una piedra. Disfruta con tu hijo enseñándole cosas diferentes con olores diferentes, texturas diferentes, etc. Seguro que tú también descubres cosas nuevas.
- Disfrutad explorando la comida. Cuando sea el momento de empezar a ofrecerle alimentos diferentes a la leche deja que investigue con la comida. Deja que la chafe, la rompa, que solito se la meta en la boca o la tire. Está aprendiendo y aprender no significa saber seguir las normas de “conducta” desde le principio. Aprender significa conocer a fondo el alimento, saber si es blando, duro, líquido o sólido, si es dulce o salado. Es posible que en este momento el comedor se ensucie más de lo que habías pensado, no te preocupes, eso se puede limpiar.
- Báñate con él. Jugad en el agua, chapotead, dale masajes con el jabón mientras observas el tamaño de su pie, de sus piernecitas, de sus brazos, la suavidad de su piel. Es un momento de intimidad entre los dos que no os podéis perder.
- Dedícale tiempo. La Pa/maternidad supone un cambio brutal que hace que nuestra vida cambie por completo. Nuestro trabajo, amigos y la sociedad sigue su camino pero nosotros ya no somos los mismos. Esto a veces genera una sensación de frustración y malestar que no nos permite ver más allá. Prioriza, a veces el trabajo es lo que menos cambiar, pero haz todo lo posible para compartir espacios, horas y experiencias con tu pequeño. Él te lo agradecerá con todo su amor y tú te llevarás ese recuerdo para siempre.
